Existe un grupo de compañías nacionales que no sólo cuenta con más chances de capear la tormenta sino incluso de salir de ella favorecida. Cómo hacen para sacar ventaja. De qué manera se ocupan de los problemas urgentes sin discuidar el largo plazo. Cuáles son sus características?
Cuando el viento no sopla a favor y de escaparle a la crisis se trata, hay un grupo de compañías que no sólo cuentan con más chances de capear el temporal sino incluso de salir de él favorecido.
Pero ¿cuáles son estas organizaciones? Son las empresas que tienen profesioanalizada su gestión, es decir, que utilizan una serie de prácticas para poder definir una estrategia y trabajar en el largo plazo.
“Lo que hacen este tipo de compañías es, en primer lugar, definir un rumbo y comunicarlo a toda su gente para tratar de motivarla y movilizarla. Luego arman un plan o estrategia para ver de qué manera crecer en el mercado y en tercer lugar revisan ese plan periódicamente para saber cómo están en relación a lo que van implementando”, explica Patricio Guitart, director ejecutivo de la consultora Symnetics.
No obstante, Guitart aclara que lo que mejor hacen estas empresas es bajar esa estrategia -que está en un nivel más alto- a hechos del día a día y de esta manera todos los empleados pueden entenderla y saber cómo su trabajo diario impacta en los planes de la organización.
Así, la estrategia sale de las interminables –y en algunos casos aburridas- presentaciones en PowerPoint y se mete en la realidad diaria de la organización.
Además de una comunicación eficaz, otras dos instancias de suma importancia al momento de hacer operativa la estrategia son la alineación de objetivos personales y de los incentivos, que no necesariamente tienen que ser monetarios.
En diálogo con iProfesional.com, el consultor asegura que las empresas que vienen trabajando en este proceso hace cinco años no se asustan ante la crisis, sino que incluso en muchos casos la aprovechan.
Y, ante la caída de las ventas, este tipo de compañías está optando por definir una estrategia de eficiencia en costos pero que no va en detrimento del largo plazo, es decir, que están ahorrando pero sin castigar inversiones en algunas iniciativas, por ejemplo de innovación, porque saben que les van a dar resultados en el 2010 o 2011.
En tanto, otras empresas profesionalizadas en la gestión están tratando de identificar nuevas oportunidades de negocios y mercados. Muchas de ellas –según cuentan desde Symnetics- ya pasaron por la crisis del 2002 y la aprovecharon.
“Esas oportunidades son segmentos de clientes que quedaron desatendidos por la crisis, personas a las que se les cayó el poder adquisitivo y no pueden acceder a comprar algún producto o servicio, estas empresas son flexibles y aprovechan este tipo de oportunidades”, destaca Guitart.
Y ejemplifica: “Hay un grupo de personas que ya no pueden comprar un lavarropas que venga del exterior, por lo que hay empresas locales como Alladio que están tratando de aprovechar y lanzando máquinas a un precio muy accesible y de esta manera están creciendo, vendiendo más y ganando mayor participación en el mercado.”
Alladio es una compañía que fabrica lavarropas automáticos y no automáticos a través de las marcas Drean, Aurora y Patriot. En el 2007, implementó un modelo de gestión de la estrategia en base a un plan a cinco años.
Entre los objetivos que la firma se había propuesto en ese momento figuraba mantener la posición conquistada en el mercado nacional, lograr expansión regional, ser líderes en competitividad y la primera en traer nuevas tecnologías al mercado.
“Al día de hoy, Alladio conserva el liderazgo del mercado nacional con más del 50%, mantuvo su plan de inversiones y con $45 millones, lanzó un nuevo modelo de alta tecnología con la más alta calificación: triple AAA en eficiencia energética, en performance de lavado y en eficiencia de centrifugado”, destacan desde Symnetics.
A su vez, desde la consultora citan como ejemplos de empresas nacionales profesionalizadas los casos de Williner (Ilolay), la cordobesa Tarjeta Naranja y la tucumana Credimas.
Credimas, sistema de tarjeta de crédito y compra con fuerte presencia en el noroeste argentino, implementó hace un par de años un proceso de reordenamiento para focalizar mejor el negocio y buscar un alineamiento interno con todos los cuadros de la empresa, para poder enfrentar mejor la competencia de las grandes tarjetas.
Al respecto, desde la firma tucumana aseguran que utilizar un modelo de gestión de la estrategia les permitió, en el contexto actual, estar preparados para poder sostener los planes de cuotas sin interés y la financiación hasta 24 meses.
Así, compañías de estas características le sacan mucha ventaja a aquellas que aún no están profesionalizadas. Según Guitart, éstas últimas ante la crisis están tratando de bajar costos sin ningún criterio de largo plazo: bajan presupuestos recortando un porcentaje de cada área, ya sea sacando gente, cancelando proyectos o parando inversiones.
No obstante el consultor advierte que “este ahorro de costos que en el corto plazo les puede permitir cuidar un poco la caja les impactará de manera negativa en el largo porque se están achicando y perdiendo las oportunidades para crecer que seguramente habrá en el 2010 y no son sólo empresas chicas sino incluso grandes que uno pensaría que el nivel del management es profesional.”
Consultado acerca del tiempo que demanda la profesionalización de una gestión, Guitart sostiene que si bien existen varios pasos y depende mucho del equipo gerencial con el que se cuente, hay unos tres o cuatro primeros meses en los que se empieza a trabajar con la primera línea de gerentes y ya en el primer año con todos los mandos medios.
Cecilia Novoa
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