Pedro: ¿Por dónde anduviste? Hace días que no te veo, no seas tonto, te están mirando de cerca, trata de estar en la oficina
Marco: ¿No entiendo, pero que está pasando? Si sabes que por mi agenda tengo varias reuniones en el centro, y viajes por la región?
Pedro: Si ya lo se, pero trata de estar … trata de estar por aquí, para Julio (el nuevo director ejecutivo) es importante que estés visible, si no estás, el piensa que no estás trabajando, vos viste como es esto…
Marco: ¿Me estás pidiendo literalmente que “caliente la silla”?
Pedro: Sí!
Marco: Pero Pedro esto no tiene sentido, ¿acaso no trabajamos por objetivos? Si me quedo aquí en la oficina pierdo la oportunidad de generar relaciones y futuros negocios que casualmente ocurren en el centro y no en la zona norte donde estamos actualmente, ah.. me olvidaba … y además vos bien sabes que la empresa realmente lo necesita!
Pedro: Si ya se, pero aunque tengas poco para hacer, trata de estar…
Marco: Sabes bien que no vas a lograr eso conmigo, mi agenda la manejo yo…
Pedro: No seas tan duro, tampoco es un pedido tan injusto!!…
Marco: en fin, cambiemos de tema…. ¿Como te está yendo con el nuevo director?
Pedro: La verdad que muy bien, tiene una visión bastante conservadora del negocio y va a hacer foco en la camada joven que tiene un perfil más técnico, la mayoría con MBAs en el exterior… pero en general nos entendemos muy bien
Marco: Pero Pedro… si te entendí bien hace unos meses, vos me comentaste que tu visión era justamente la opuesta…para vos el desarrollo de la institución viene de una efectiva integración de ambas generaciones, haciendo sinergia entre los perfiles técnicos por un lado y por otro con perfiles de alta experiencia en mercados como el de argentina. Creo que antes vos tenías una mirada más moderada sobre el futuro de la institución…
Pedro: Bueno… sí, puede ser …. Pero lo que pasa es que hay que alinearse con la nueva dirección!! y es importante llevarse bien con Julio! (el nuevo director)
Pedro es el jefe de Marco, ambos trabajaban en una prestigiosa institución de servicios profesionales en la zona norte de Buenos Aires.
Lamentablemente el caso de Pedro no es el único, se repite en muchas situaciones que he visto como consultor de empresas por todo Latinoamérica. Antes que nada aclaremos algo muy importante. Pedro es una persona enferme y perversa. Tiene un nivel de perversión tal, que no solamente pide a un colaborador literalmente “calentar la silla” sino además se alinea completamente con el nuevo director que tiene una visión opuesta a la de él. Pedro da lástima, y sus colaboradores lo saben.
Lo peor es que instituciones de prestigio como esta, avalan la actitud de Pedro y encima lo conservan eternamente, quizás porque Pedro es funcional a cualquier nuevo director que asuma el rol de líder. ¿Cuál es el valor que realmente aporta Pedro?
Quizás cometan un grave error, porque no se dan cuenta que al retener a Pedro están destruyendo el valor de la organización y muchas personas como Marco con el tiempo se podrían cansar e irse. Las organizaciones no son perfectas pero tan poco pueden ser tan enfermas y cínicas como mantener a este pobre Pedro que lo único que sabe hacer es alinearse y ser el buchón de los niveles jerárquicos. Es un pobre tipo.
Excesivo del control, Pedro tiene una oficina en una esquina del cuarto piso donde por un lado tiene una perfecta vista de quien “calienta la silla” en la oficina, y por otro lado una perfecta vista al estacionamiento de autos donde sabe con detalles a que hora llega y a que hora se va cada colaborador
¿Cómo terminó la historia? Despidieron a Marco por no “calentar la silla” aduciendo falta de fit con la institución.
Los últimos comentarios de Pedro fueron: Te avisé!
Aclaración: Este post forma parte de “Anécdotas de Management”. Son situaciones reales que me toco vivir como consultor. Los nombres de personas, empresas y regiones están cambiados