La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”. La vida misma es un imprevisto, ya lo decía John Lennon. El mundo es cada vez más volátil e incierto. Las crisis globales y locales cada vez más profundas y sostenidas. ¿Cómo nos preparamos para sobrevivir en este nuevo mundo?
Por un lado, la pandemia del Corona Virus está generando una crisis económica y social de magnitudes y velocidad sin precedentes, es el gran Black Swan 2020. Las ventas y rentabilidad caen estrepitosamente y las bolsas pierden entre un 10% a un 15% con la posibilidad que el valor caiga hasta un 30%. Un contexto tremendo y devastador para todos. Con gran alto riesgo de colapso sanitario y muertes en toda la región. Una pandemia que en muchos países no ha mostrado lo peor.
Pero, por otro lado, nos enfrentamos a otras crisis como la crisis climática. Una crisis silenciosa que avisa, pero no a los gritos, y que cuando nos demos cuenta y decidamos hacer algo, quizás ya sea demasiado tarde.
Por último, y no menor, hay que sumar las crisis económicas domésticas en Latinoamérica, países con inflación, pobreza, corrupción, mala infraestructura, sistemas institucionales sin credibilidad, o gobiernos populistas e intervencionistas, que mantienen un 70% de pobres en la región (base de la pirámide) …
Con tantos frentes de tormenta, lo único que nos quedaría por hacer es apagar la luz y cerrar la puerta.
Pero la realidad es diferente. ¿Por qué en medio de la nada y de un pesimismo atroz siguen apareciendo nuevas empresas innovadoras? La crisis es una realidad que abruma y sabemos que muchos sectores la van a pasar mal, y que también sabemos que vamos hacia un “lockdown” de varios meses, pero también sabemos que en las crisis es donde aparecen las mejores oportunidades. Hay que saber mirar para encontrarlas, y hay que estar dispuesto a arriesgarse para hacerlas realidad. Desde donde lo mires, cualquier dato o hecho puede ser recibido como una gran amenaza o puede despertar la creatividad. La clave está en el tipo de lente por el cual miramos al mundo.
Pero también hay que estar preparado para poder anticipar lo viene, y para esto se necesita un mindset diferente. Una cosa es planificar y otra muy diferente es visionar. Planificar es querer controlar el futuro, una gran utopía. Visionar es imaginar las oportunidades que te trae el nuevo mundo y adaptarse rápidamente para aprovecharlas.
La innovación es una cuestión de actitud y de modelo mental. En un contexto de crisis como el que estamos viviendo, innovar se vuelve aún más relevante y en muchos casos totalmente determinante.
“Crisis innovadora” podría ser un oxímoron, (Figura retórica de pensamiento que consiste en complementar una palabra con otra que tiene un significado contradictorio u opuesto) Pero no lo son, son dos fuerzas necesarias para lograr resultados diferentes.
¿Qué hay que hacer para seguir innovando?
Diseñar una Agenda Estratégica de Situación
Ante el cocktail de crisis que estamos viviendo, es muy importante entender que está pasando y definir los posibles escenarios a futuro. Es importante diferenciar entre urgencia y crisis. Urgencia es algo puntual y excepcional, una crisis es algo profundo que nos pega a todos y que dura más tiempo. Amenazas hay por todos lados, oportunidades a priori ninguna. La creatividad y imaginación son claves para encontrar oportunidades en medio de tanta crisis. Las empresas están revisando la agenda de situación en su comité de riesgo y urgencia cada semana, porque cada día hay una noticia nueva. Con análisis de escenarios y objetivos de impacto, la agenda de situación marca las prioridades y urgencias de cortísimo plazo.
Cuidar el Core del Negocio
El core del negocio es el corazón de la empresa. No se puede parar, y si se para, no puede ser por mucho tiempo. Hay que analizar que parte del core está amenazado con la crisis y que tiempo hay para poder blindarlo o solucionarlo. Medir el impacto de la crisis en el core del negocio es fundamental para saber el daño y como mitigarlo. Si el corazón de una empresa no está sano, no hay innovación.
Mantener el Flujo de Caja
El flujo de caja es el flujo sanguíneo de la empresa. Es la sangre que recorre cada rincón y que asegura que la empresa esté viva. Lo peor que le puede pasar al flujo de caja es que se venda menos y se gaste más. Colapsa el sistema. Se desmaya la organización. Ante una caída en ventas es clave ver que gastos se pueden evitar. Siempre hay gastos innecesarios que se pueden cortar fácilmente, pero lo más difícil es decidir sobre las inversiones a no realizar que pueden afectar a las iniciativas de innovación que traerán resultados a futuro. La clave es priorizar inversiones en aquellas iniciativas que creemos tendrán el mayor impacto en el negocio y dejar de lado, por el momento, aquellas que tienen mayor incertidumbre. Con esta decisión muchos ámbitos de experimentación quedan acotados a unas pocas iniciativas estratégicas, pero vitales. Tampoco es fácil decidir sobre que iniciativas serán las de mayor impacto, pero no queda otra, son momentos muy complejos.
Comunicar Más y Mejor
Estar más cerca de la gente en una crisis es fundamental. La Pandemia genera mucha incertidumbre y miedo. Hay que escuchar más y comunicar con mucha transparencia lo que se sabe y explicar lo que no se sabe.
Diseñar una Agenda de Transformación
Las empresas donde la innovación está en el ADN de su cultura, diseñan una agenda de transformación que tiene tres fases:
Core del Negocio
Identifican oportunidades de mejora, nuevas formas de hacer las cosas a nivel operativo para ser más productivo el día a día de la organización. Son mejoras e ideas innovadoras que apuntan directamente a tener un corazón más sano y un flujo sanguíneo estable. Por lo general representan un 30% del total de iniciativas de la agenda de transformación. Los resultados se observan de forma casi inmediata.
Transformación A
Parece que septiembre será el nuevo marzo. Aquí las empresas analizan en profundidad cambios de hábito de sus clientes por la crisis y diseñan nuevas funcionalidades, servicios o pequeñas mejoras a la propuesta de valor actual. En toda crisis aparecen oportunidades. Por ejemplo, todo tipo de entretenimiento de aislación y uso de dispositivos móviles con tecnología de streaming, servicios de delivery etc. están en pleno crecimiento. Estas iniciativas representan el 50% de la agenda de Transformación A. Muchas de las iniciativas en esta fase se convierten luego en innovación incremental. Con Transformación A las empresas reposicionan su core para competir mejor. Los resultados se observan dentro de los 12–18 meses.
Transformación B
Descubren oportunidades disruptivas. La fase post crisis es un punto de inflexión que puede generar oportunidades de negocios completamente nuevos. Aquí las empresas diseñan modelos de negocios completamente diferentes, logrando una innovación disruptiva en el sector. Con esta transformación las empresas están dispuestas a cambiar su core.
Espacios de Aprendizaje
Arman equipos con una estructura de gestión ágil para darle seguimiento y ajustes a la Agenda de Transformación. Son espacios de toma de decisiones muy dinámicos donde alinean la Agenda de Situación con la Agenda de Transformación.
Oportunidades de Crecimiento
Las empresas innovadoras no innovan. Las empresas innovadoras son grandes buscadoras de oportunidades para seguir creciendo. Saben del negocio, de personas y de tecnología. Encuentran soluciones para hacer más fácil y simple la vida a sus clientes. Tienen un excesivo foco en conocer las necesidades actuales y futuras de sus clientes. Cuando descubren alguna oportunidad, la implementan velozmente. La innovación para estas empresas es una consecuencia de querer hacer las cosas diferente para el cliente, todo el tiempo.
De esta manera, sin descuidar la realidad dura que nos toca vivir, una empresa puede ir sorteando la crisis y de a poco preparándose para un nuevo futuro con nuevas oportunidades.
“El hombre razonable se adapta al mundo, el irracional persiste en tratar de adaptar el mundo a sí mismo. Por lo tanto, todo progreso depende del hombre irrazonable.” George Bernard Shaw