La semana pasada tuve el honor de participar como miembro del directorio de www.sistemab.org del www.encuentrob.org Mendoza +B organizado por Sistema B, ONG que promueve a nivel mundial empresas con un propósito de triple impacto, llamadas también empresas B.
Un increíble encuentro donde participaron 1300 personas de todo Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Desde empresarios, emprendedores, profesores, consultores, hasta abogados y funcionarios de gobierno, todos con un mismo objetivo: el de compartir sus experiencias y reflexionar sobre cómo impulsar más empresas de triple impacto a nivel mundial.
¿Por qué necesitamos más que nunca empresas de triple impacto?
Las empresas de triple impacto tienen en su ADN una gran conciencia social y ambiental además de sus objetivos económicos. Tienen un propósito realmente transformador en las industrias en donde operan, ya sean grandes empresas o emprendedores. Equilibran este propósito con resultados económicos, sociales y ambientales a la misma vez, y eso los hace realmente diferente. Cada decisión que toman en cualquier parte de su cadena de valor (desde compras de materia prima, uso de recursos, producción, hasta la logística y la venta) está profundamente analizada en base al impacto económico social y ambiental que cada decisión implica. La innovación cruza a todas las empresas de Triple Impacto, porque para poder impactar y transformar el mundo, se necesita de pasión e innovación.
Actualmente estas empresas representan el 6% del PIB de Iberoamérica, con aproximadamente 170.000 empresas y emplean a 10 millones de personas.
Necesitamos un cambio de paradigma sobre como hacemos negocios en el mundo y empresas son muy importantes porque representan el futuro que necesitamos. Si miramos el grave problema climático que ya estamos padeciendo, con un Amazonia ardiendo, o la cantidad de bolsas de plástico que inundan nuestros océanos, o la cantidad increíble de residuos de alimentos que generamos mientras otros se mueren de hambre, o la cantidad de botellas de plástico que ya son parte del paisaje, nos damos cuenta que necesitamos una nueva forma de gestionar a las organizaciones.
Si miramos las condiciones insalubres de muchos trabajadores en diferentes industrias con mano de obra intensiva como por ejemplo la minería, o la cantidad de trabajo en informal que tiene la región que llega a un 40% o un 50%, nos damos cuenta que necesitamos realmente redefinir el concepto de ser y hacer empresa en el mundo.
¿El concepto de Triple Impacto es algo realmente nuevo y revolucionario?
No un tema nuevo, porque hace más de 20 años que se viene hablando pero con diferentes títulos, como responsabilidad social, sustentabilidad, valores humanos, propósito transformador, etc. Sobre todo, impulsados por las principales de Escuelas de Negocios de la región. Pero creemos que estos esfuerzos no han dado los resultados esperados, y en algunos casos mucho menos, el impacto ha sido negativo, como por ejemplo la industria financiera donde sigue primado el foco en maximizar el valor de la empresa o maximizar el valor de los accionistas.
Creemos que para lograr un impacto más profundo necesitamos una revolución empresarial, un nuevo “contrato social” (ya que está de moda esta palabra) y esa revolución hoy está llegando desde las nuevas empresas, los emprendedores de triple impacto y con una mirada innovadora. Las grandes empresas de apoco y lentamente se van sumando a este movimiento.
¿Qué desafíos tienen las empresas de Triple Impacto?
Al ritmo actual, el mundo no cumplirá los objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas http://bit.ly/2mjS3dO . Quizás las empresas de Triple Impacto ayuden a conseguirlo, pero todavía tienen que sortear varios desafíos que pueden ser letales:
- Falta de un ecosistema sólido que promueva el desarrollo, crecimiento y consolidación de más empresas de Triple Impacto.
- Si bien la tasa de creación de empresas de Triple Impacto crece exponencialmente (ya representa el 10% del total de empresas creadas) la mitad sigue viva a los 3 años y el resto tiene una gran dificultad para crecer (en volumen de ventas y cantidad de empleados) y escalar su modelo de negocios en la región.
- Ausencia de un marco legal que las categorice, las contenga y que les permita crecer. Mientas que en Inglaterra hay 6 diferentes categorías para integrar a este tipo de empresas, en Iberoamérica, de los 10 países más importantes, 5 países tienen una ley sobre el tema en proceso de tramitación dudoso y el resto de los países tiene solo una ley que agrupa a las empresas del Cuarto Sector.
- Grandes empresas que, al no tener una real convicción de transformarse con un propósito de Triple Impacto, dificultan aún más el ecosistema.
- Falta de sistemas de financiamiento para empresas de este tipo.
- Ausencia de KPIs y de métodos para medir en tiempo real el impacto social y ambiental haciendo más dinámica la transformación.
- La alta volatilidad de mercados emergentes como Latinoamérica, donde muchas veces las empresas hacen foco en resultados de corto plazo.
¿Cuál es la visión a futuro?
Las empresas de Triple Impacto van a seguir creciendo, los gobiernos de a poco van ir acompañando con leyes acordes, y las empresas grandes van a ir transformándose muy lentamente.
Pero en definitiva quienes van a marcar la cancha serán los consumidores. Más activos y exigentes que nunca, los consumidores con millennialls empoderados tienen cada día más el poder de elegir productos y servicios de Triple Impacto.
